Me aportas, o te apartas.

Vivo en una casa sencilla. Tengo un coche que ya tiene unos cuantos años, mi ropa no es de marca, vivo una vida sencilla la verdad.

Eso no es tener una vida sencilla. ¡No hemos entendido nada! Como mucho, te diría que eso, es llevar una vida normal, humilde, austera. ¿Pero sencilla? ¿Tener un coche nuevo y una casa más grande, hace que tu vida deje de serlo entonces? ¡Que no!, que tenemos un jaleo en la cabeza, que no sabemos si vamos o si ya hemos vuelto. 

El tener una vida más o menos sencilla, no lo marcan tus posesiones, lo marcan tus decisiones. Pero caemos siempre en la misma falta, nos persigue el mismo error, una y otra vez. Estamos buscando la respuesta siempre fuera, cuando como norma siempre la encontramos dentro.

- ¿Pero dentro de dónde?

- ¡De ti, copón!, ¡dentro de ti!

Venga, quédate con esto que voy a comentarte. La gente que tiene una vida sencilla, vive en modo sencillo. La gente que se empeña en vivir una vida compleja, pues vive de modo mucho más complejo. En el modo complejo, es dónde la vida empieza a confundirnos, es dónde tomar decisiones, nos cuesta mucho más. (Claro, es que ya no es tan sencillo, ahora es más complejo) vaya, salió el gracioso del grupo, por favor, espera fuera. Pero es cierto, tienes razón.

Para vivir de manera sencilla, hay que identificar y apartar todo lo que te frena, lo que hace cambiar tu estado de ánimo, tu humor. ¿Me pillas? Yo a esto, lo llamo "el ejercicio de me aportas o apartas".

Todos tenemos un cajón lleno de papeles, de trastos que no usas, de reliquias del siglo XII que no sabes muy bien, ni cómo, ni porqué están allí, pero que allí siguen. Cada vez que yo abría ese cajón, intentaba cerrarlo todo lo rápido que pudiese, me quitaba energía. Y no era por el desorden en sí, es sencillamente porque no me aportaba nada, pero nada de nada. ¿Tener así el cajón te aporta Rubén? Si la respuesta es NO, está claro, pues fuera, apártalo de tu vida. ¡Claro! ¿para que lo quieres entonces? Cuando lo apartas, apartas de tu vida otra situación que te resta energía positiva. ¡Ahora si me has pillado! ¡Genial!

Pues ahora sigue el ejercicio. Abre tu armario, ese que tienes tabicado de cazadoras, calzado y bolsos que no usas desde que veías el club Megatrix en la televisión. Si no lo usas, eso está ocupando espacio y energía. Comienza a apartar.

El amigo/a que te llama cada domingo para tomar el vermuth, que su único propósito es estar de bar en bar hablando de futbol, de partos, de hijos...Estas cansado/a ya, siempre lo mismo. ¡Eso es! pregunta al canto. ¿Me aportas o te apartas? También hay que apartar personas, no solo materiales. Apartar personas no es sacar a tu hermano/a a la basura, dejarlo en el contenedor para que la retiren por la noche, ni donar a tu cuñado/a a Cáritas. Apartar personas es bajar el nivel de intensidad, en lugar de visitar 4 días  a la semana a la abuela Herminia que vive solamente para quejarse y mal meter, es visitarle solamente dos.

Cuando comienzas a apartar todo lo que no te aporta, tu vida va siendo mucho más sencilla, y cuando esto sucede comienzas a ver que todo a tu alrededor es mucho mejor. Porque tomar decisiones acertadas cada vez es mucho más sencillo, aquí la magia terminas por hacerla tu mismo/a.

Ojo, el que te aporte o no una persona, no es que le saques o no beneficio. Que yo no hablo de egoísmo, sino de todo lo contrario. Espero que hayas entendido todo lo citado anteriormente, no sea que el que termines en el contenedor, aparcado junto a una lámpara vieja y tres mantas desgastadas, seas tú.

Tenía una sartén que cada vez que me ponía a hacer tortilla francesa, (me sale genial)se pegaba todo, y no solo eso, el mango, el agarrador de la sartén, se movía más que Michael Jackson en el último concierto que dio en Valladolid. Puede parecer obvio, Rubén pues cámbialo.  Claro, y eso hice, pero después de multitud de veces usando y restándome energía.

¿Tu eres consciente de cuantas cosas tienes a tu alrededor que te quitan energía y no consigues identificar, solamente, porque las has normalizado ya como algo normal dentro de tu vida, cuando no lo son? Pues por eso terminamos viviendo vidas complejas, porque tenemos compañeros de trabajo que nos quitan energía, que no nos aportan un carajo. y no hacemos nada por cambiarlo, seguimos dejándonos chupar nuestra energía. La cuñada envidiosa,  la suegra maléfica, el amigo sobón, el novio/a que es peor que un virus, la llave de casa que no abre bien, el único bolígrafo que tenemos en casa y que nunca pinta, la manguera de la ducha que pierde agua, el salero que se atasca, el cargador de tu teléfono móvil que hace de todo menos cargar, la persiana que no baja del todo, el vecino entrometido,  el amigo que se cree coach y lo sabe todo...

¡¡¡Buáh!!! ¡Pero como no vamos a estar como azulejos con alas, si tenemos más fugas de energía que agujeros un colador! 

Mira, a mí no me hagas caso, que soy demasiado joven para dar consejos a nadie, por eso solamente comparto lo que hago, lo que vivo, lo que me funciona. Igual a ti te aporta. Y si no te aporta, pues ya sabes, apártalo. Coge papel y boli (no cojas el de siempre que ya sabes que ese no pinta) y tómate un ratillo pensando todas esas cosas, por pequeñas que sean que te restan energía. Una vez las tengas identificadas, ve con todo, haz tu vida mucho más sencilla. Te lo agradecerás y mucho.

Si no aporta, aparta.   Si se apartó y no lo volviste a echar de menos,
es que no tenía nada ya que aportar.   Así de sencillo.

Recuerda, lo que haces en el presente, condicionará tu futuro. No lo digo yo, lo dice la vida. Tu decides.

Y como siempre, te deseo un presente exageradamente estupendo.

Correo contacto, como siempre, deseando leerte: 

dtp.rubenarroyo@gmail.com